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El 26 de febrero cumplí 33 años y coincidió con el lanzamiento del nuevo álbum de C. Tangana. Lo tomé como un regalo ya que recordé una de mis últimas noches con amigos en Argentina antes de venir a Seattle que se compuso de solo cuatro elementos: vino mendocino, carne asada, pan y C. Tangana. Ellos me mostraban las canciones que anticipaban este álbum del rapero español con la excitación de quien ha sido recientemente iluminado por una novedad musical.
La verdad es que, para mi, fue un voto de confianza al criterio de Gonzalo y Agustina por que, confieso, yo ya tenía todas mis conclusiones sacadas sobre su carrera musical hasta el momento. Algún sencillo me gustaba más que otro pero definitivamente no me volaba la cabeza; su mensaje político-moral había estado atravesado por críticas sobre apropiación y letras misóginas; y lo que representa la máxima histórica de “lo hispano” en la cultura tradicional, no hace falta que lo diga, fue construido sobre un paradigma colonialista que ha costado muchísimo deconstruir. Entonces, la idea general de “reivindicación de la canción española” tomando los ritmos originarios de América Latina me parecía una locura, me enfurecia de tan solo pensarlo. Lo que no sabía es que a finales de febrero, El Madrileño se convertiría en uno de mis álbumes favoritos del año y en uno que recordaremos por mucho tiempo más.
¿Por qué? Bueno, son 14 tracks super bien logrados que diseñan un mapeo personal del autor en su recorrido por la música de América Latina y las influencias que marcaron su vida de la mano de figuras claves de la música de cada país. Lo que creo fundamental es el giro de 360 grados en la carrera musical del compositor Antón Alvarez Alfaro, Pucho, C. Tangana o, como se autorreferencia en la actualidad, El Madrileño. Si bien es un rapero nato, un artista que saltó a la fama haciendo trap y alguien que ya había generado magia componiendo junto a la cantante catalana Rosalía casi todas las canciones que conforman la obra maestra de El Mal Querer; para su segundo álbum, Pucho pegó el volantazo y decidió generar algo para la posteridad: la reivindicación de la canción española en clave moderna, alejándose de la idea de primer mundo y llamando a los mejores maestros para crear, juntos, los cimientos del futuro de la canción en español. O por lo menos eso me dijo Antón que quiso hacer.
Desde Seattle conectamos con España y con Antón para desentrañar el pasado, el presente y el futuro de El Madrileño, un albúm que nos mostró el mundo musical de La Húngara y El Niño de Elche pero al mismo tiempo nos dejó boquiabiertos con el equipo de colaboradores convocados: el icónico artista de bossa Toquinho de Brasil; la promesa del folk mexicano de Ed Maverick; los franceses Gipsy Kings junto a Nicolás Reyes y Tonino Baliardo; el altísimo nivel compositivo del uruguayo Jorge Drexler; el puertoriqueño José Feliciano; la cosmovisión latinx de Omar Apollo; los embajadores del corrido mexicano, Carín León y Adriel Favela; el cubano histórico de Eliades Ochoa; Kiko Veneno y el rockstar argentino Andrés Calamaro.
Disfrutá del track by track entre KEXP y C. Tangana a continuación. Encontrarás la transcripción de la entrevista completa en inglés y en español aquí.
Y sí, Antón tiene ambiciones y una nueva perspectiva de la música en español que supo ejecutar superando los riesgos que implicaba para su base de adeptos ya construida. “Yo siento que la cultura española siempre ha sido muy prepotente”, me responde atento ante mi pregunta sobre cómo construyó la fórmula que rompiese con la idea general de la cultura hispánica y al mismo tiempo que haga las paces con América Latina sin rozar la apropiación ni las reivindicaciones de las raíces musicales.
Capítulo aparte para la cabeza audiovisual de Antón. Cada track de El Madrileño ya tiene su videoclip, los que crea con su propia productora Little Spain.
Repasa musical y visualmente su más reciente álbum y adivinemos juntos, ¿qué será lo primero que lance después de este álbum, un libro o una película? Su marca de ropa propia ya la tiene y la verdad es que yo le veo futuro en ambas cosas.