PANORAMA GENERAL: EL 2022 HABLA ESPAÑOL

Sound and Vision
01/20/2023
Albina Cabrera

Un breve recorrido por algunos de los 42 álbumes del 2022 en la música Latinoamericana, en español y en spanglish curado por Albina Cabrera, Latin American Content Producer y co-host de El Sonido. Para esta entrega, convocamos a los periodistas musicales Richard Villegas y Nuria Net, para que dibujen con nosotros la big picture del año que se fue.

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Un nuevo año ha comenzado. Son estos esperanzadores respiros de enero, los que nos permiten ver la foto completa de 2022 que, entre muchos sucesos históricos y grandiosos, nos dejaron una tanda cuantiosa de álbumes gestados en lockdowns y paridos en la re apertura mundial tras una parálisis de más de dos años. Fueron 12 meses en el que la realidad se tiñó de una épica pre escrita que llevaría a la música compuesta en español y cantada por latinoamericanos al podio mayor de la industria y el consumo popular. Es la primera vez en la historia de la música que un artista que canta y compone en español llega al puesto número uno a nivel mundial en Billboard 200, es ese mismo artista quien fuera el más escuchado en Spotify global por tercer año consecutivo y el primer artista de habla hispana nominado a Álbum del Año en los Grammy 2023 en sus 65 años de historia.

Repetir cada logro y record superado por Benito Antonio Martínez Ocasio AKA Bad Bunny me llevaría algunos párrafos y es información disponible a un click de distancia. Lo que quisiera celebrar aquí es el hecho irrefutable de ver a “la periferia” convertida en “centro”. Esto significa que no solo celebramos sold outs, records de recaudación y puestos #1, sino una transformación en la dinámica de consumo, y en la política, que impacta de forma positiva y transversal a todos los géneros musicales en español. Hay más audiencia y menos prejuicio en la escucha musical en español. La barrera idiomática a esta altura es casi un detalle vetusto. Lo que demuestra que las escenas musicales fuertes, los momentos revolucionarios en la música, los parteaguas, digamos, no dependen sólo de buenas canciones ni de sus algoritmos; son los pueblos con historias para contar quienes surcan el camino de la música popular. Sin esa íntima relación canción - oyente, los éxitos tienen fecha de caducidad y este 2022 demostró tener discos trascendentales.

En KEXP curamos una lista con 42 álbumes compuestos por artistas latinoamericanos, iberoamericanos y parte de la diaspora latina global. Nuestra intención es alimentar la conversación sobre la buena salud de esta música sin tener que relacionar una comunidad a un estilo musical determinado. Este año que acaba de irse, una vez más, confirma que no sólo tuvimos el mejor reggaetón y pop, también hubo Shoegaze, trap, rap, RB, garage rock, electrónica, new folk y mucho más que seguramente no será parte de este humilde recorte propuesto. Llamamos a dos colaboradores claves para que junto conmigo demos razones más extensas del por qué de algunos albumes compartidos. En esta ronda se suma Richard Villegas, quien ya ha colaborado en KEXP, y que regularmente escribe en Remezcla, Billboard y Bandcamp Daily, a la vez que hostea Songmess podcast. Richard es un periodista musical especializado en música alternativa latinoamericana, nacido en New York, crecido en República Dominicana y con actual base en Ciudad de México. También se suma Nuria Net, quien fuera fundadora de Remezcla, y que actualmente es la directora de Coctelera Music, una productora de podcasts bilingues, periodista puertorriqueña especializada en música latina y con actual base en España. 

Conformaremos este tridente en inglés y español para darte un puñado de blurbs subjetivas pero con razones, junto al acceso a cada álbum, playlist y Live on KEXP, llegado el caso. Sí, 2022 fue un año donde seguimos apoyando la música de América Latina y su diaspora. Esto nos llevó a Buenos Aires para hacer KEXP live from Argentina grabando a 12 bandas de distintos puntos del país, celebramos Aquí y Ahora con contenido exclusivo y abrimos las puertas de nuestro Live Room para muchos de los artistas autores de algunos de los discos del año. Bienvenidos a nuestra big picture de la música en español y más allá.

 

Divino Niño - Last Spa on Earth

Por casi una década, la banda de Chicago Divino Niño ha cultivado un pop psicodélico efervescente. Pero en su último LP, Last Spa On Earth, crearon una experiencia auditiva psicodélica singular al plasmar una desorientación sónica sobre lienzos salvajes, entrelazando el indie rock, el techno, y el new jack swing. En los primeros 30 segundos del primer corte, que da título al álbum y es el puntapié inicial de este disco, que es como un viaje en montaña rusa, las líneas del género musical se desdibujan en una mezcolanza diáfana de reggaetón y ambient. De hecho, el reggaetón es uno de los pilares rítmicos de la metamorfosis de la banda, obteniéndolo directamente de la determinación cuasi punk del neoperreo en los extravagantes mueve-traseros “Tu tonto” y “Toy premiado”. Lo que se destaca en esta breve pero espectacular aventura con el perreo de Divino Niño es, sin dudas, “XO,” que se burla de la represión religiosa y encuentra cierto gozo sacrílego en las expresiones sexuales y de género fluido.

Flashes del sonido más conocido de la banda, inspirado en el rock de los 70, brillan en los notables “Nos Soltamos” y “Drive”, los que también se abren a relatos de abandono y libertad individual logrados mediante la introspección o un tranquilo paseo por una carretera. Y, sin embargo, Last Spa on Earth llega a su punto más emocionante en sus momentos más locos. “Miami” abre con un redoble de bajo y un absurdo sketch telefónico que da lugar a una rítmica oda a la ciudad del sol y el exceso, y sería muy tonto por parte de la cámara de turismo el no usarla para su próxima campaña publicitaria. La convulsiva “Ecstasy” es uno de los cortes más ambiciosos en cuanto al sonido, comenzando con un suntuoso ritmo house y virando bruscamente a una distorsión con mucho bajo, para cerrar con un relajante R&B. No se dejen engañar por el carácter juguetón de Divino Niño; estas canciones encierran una paliza emocional. “I Am Nobody” pondera el privilegio, los hogares quebrados y la inmigración, mientras que el giro repentino de “Mona” del funk al tecno se convierte en el telón para meditar sobre la inocente dicha de una infancia transcurrida jugando Pokémon con amigos. – Richard Villegas



Lucrecia Dalt - Ay!

Si hay un álbum que demuestre por sí solo la extensa paleta musical de la América Latina moderna y experimental es la última producción de la colombiana Lucrecia Dalt. El haberse nutrido con estilos clásicos y fundacionales como el bolero, el son, el jazz y la música clásica, pareciera haber moldeado los cimientos sobre los que Lucrecia se pone a construir, hoy, desde Berlín.

Ya nos había dado de probar algo de su particular misterio en No era Sólida, su álbum de 2020, una impronta que pudo complementar muy bien en sus recientes trabajos como productora musical y compositora para cine y tv. En 2022 no sólo lanzó esta exquisita pieza musical llamada Ay!, sino que también publicó su banda sonora debut, The Seed, el film de horror sci-fi dirigido por Sam Walker. Todo cobra sentido. Lo cinemático en Lucrecia es una constante y resulta asombroso cómo puede hacer de lo sombrío algo brillante sólo llevando al extremo lo que pareciera un ruido ambicioso que se vuelve melódico hasta, incluso, suave cuando aparece su voz sobrevolando por encima.

La música de Dalt funciona como cápsula del tiempo donde pasado y futuro conviven uno sobre otro creando múltiples capas sonoras, las mismas que la autora de Ay! maneja a la perfección en tracks como “Atemporal”, “La desmesura” y “Bochinche”. Confieso que hay momentos en “Enviada” y “Dicen” que son casi perturbadores, como salidos de un libro de Mariana Enriquez, lo que permite setear las texturas disímiles que recorren los 10 tracks del álbum.

“Me reconozco en esa roca atemporal” es una de mis líneas favoritas del 2022. Creo que encarna la identidad de este año y del álbum: la salida de un letargo colectivo. Un movimiento pendular entre el drama poético y tradicional latinoamericano y el ejercicio de ir más allá del sonido. – AC


Trueno - Bien o Mal

Estuve muchas horas pensando una primera línea que funcionara a modo de disclaimer pero preferí dejarme vencer por la pura honestidad. A esta altura ya saben que soy de Argentina, e intento creer que es de dominio público el hecho de que este año ha sido visiblemente inolvidable para nuestra música y cultura popular. Se solidificó la presencia de artistas argentinos en la escena internacional de la música en español y, sin querer queriendo, esto tuvo su coronación de oro como solo Argentina lo podía soñar: salir campeones del mundo con Messi levantando la copa de los 45 millones de argentinos . Ese momento clave para mi país estuvo musicalizado por hits que desde ahora serán eternos como “Muchachos, Ahora Nos Volvimos a Ilusionar”, una adaptación de “Muchachos esta noche me emborracho” de La Mosca y re grabada por la banda argentina para la ocasión; “Luz Delito” de Wos, que fuera la canción elegida por La Escaloneta para que suene luego de cada gol; y “Tierra Zanta” de Trueno, canción que sonó en el Lusail Iconic Stadium durante el momento de gloria del seleccionado argentino en Qatar el pasado 18 de diciembre.

“Me retiro mañana. Morí felíz”, tuiteaba el jóven MC nacido en comuna 4 de la Ciudad de Buenos Aires, tras escuchar su canción en el triunfo histórico de Argentina frente a Francia. “Tierra Zanta” es el track #4 de Bien o Mal, uno de mis álbumes favoritos del 2022. “Latinoamerica no llora, canta” dice Trueno, mientras borra con las manos la líneas divisorias que han querido aplicar a nuestro continente, a la música en español y a la identidad latinoamericana. Esta canción tiene dos colaboraciones potentes, la leyenda viviente del folclore argentino Victor Heredia, y la cantante indígena La Charo. Ambos, ayudan a Mateo a dar respuestas ante las reiteradas preguntas del mundo sobre quién es y de dónde viene uno y su identidad. “Es muy importante también que la gente con historia se sume a este tema y sume también lo vivido. Estas son cosas (las denunciadas en Tierra Zanta) de las que yo protesto porque me parecen injustas, pero tampoco lo viví a flor de piel. Entonces no puedo hablar como si lo hubiese vivido”, me contaba Mateo Palacios, en una reciente conversación para KEXP que disfrutarán muy pronto. De esta forma me explicaba sus razones sobre cantar en contra de la represión, la dictadura setentista y las intervenciones de organismos financieros internacionales en las economías de America Latina siendo un jóven de 20 años. Mi nombre es "Latino" y mi apellido "Americano" dice en una de sus líneas y así firma su manifiesto. Según Mateo, esta canción es “como ese junte de lo antiguo y lo nuevo de la música, más la natividad de Argentina combinada con rap, para mí es algo que siempre va a ser positivo, como fusionar escuela, fusionar conceptos. Es una de las canciones que tanto hoy como siempre va a ser de la que más orgullo me da”.

Trueno explora en 12 tracks, ambos lados de una misma moneda, los dos extremos que dividen al mundo: la buena o mala música, el buen o mal comportamiento, los buenos y malos modales, la subordinación a poderes externos o el orgullo de ser latinoamericano. Todo esto fluye perfectamente con las colaboraciones sólidas de Nathy Peluso en “Argentina”, para “Panama” lo invita al trapero Duki, en Hoop Hoop canta junto a su padre el rapero Pedro Peligro, Randy y Bizarrap participan en “Jungle” y J Balvin es convocado para “Un Paso”. Juntos funcionan a modo de GPS donde Trueno recorre y localiza las heridas abiertas de cultura latinoamericana y propone inaugurar, con orgullo y rimas en español, un nuevo presente del rap Iberoamericano. – Albina Cabrera –

Mediopicky - Mediopicky

En 2022, el rapero/productor dominicano Mediopicky demostró que un artista contiene multitudes. Su apasionante y, a veces, confuso LP que lleva de título su mismo nombre llegó en el verano, rebosante de choques de música dembow, garage y house, todas igualmente listas para incendiar las pistas de baile y cuestionar los preconceptos de qué es o puede ser la música caribeña.
El álbum se divide en dos secciones: Medio y Picky. La primera encuentra al productor experimentando con choques de punk/garage y flows asimétricos de rap, parecido a los recientes y excelentes discos del californiano Jean Dawson o el argentino Dillom. Y sin embargo, Mediopicky no es tan sencillo de categorizar; allí reside la premisa de este álbum. “dopamina” mezcla enérgicamente el metal y ritmos afro con unas ganas contrarias al sentido común, agarrando un riff de guitarra del manual de Slayer e inyectándole sintetizadores tornasolados y ráfagas de percusión digital. Otro híbrido que causa cierta sorpresa llega con “quién te llamó”, esta vez saturando la mezcla con guitarras distorsionadas y difusas y con golpes de reggaetón, que evoca una imagen de chicos hardcore bailando hasta abajo. Mediopicky también encuentra mucho tiempo para dar incisivas opiniones sociales. “who am yo” refracta el merengue a través de un filtro de música de garaje, al tiempo que reflexiona sobre la identidad y el afán de terceros de definir tu camino y experiencia según sus condiciones. Mientras tanto, “el dinero” se burla del consuelo vacío de la nueva normalidad, ridiculizándola como apenas la renovación de la imagen del caos cotidiano. 

La segunda mitad del álbum es menos cortante quizás, pero también apunta fervientemente a expandir las posibilidades de la música dance contemporánea. La celebridad de la producción de dembow y el reggaetón, Diego Raposo, irrumpe en la fiesta para las últimas cinco canciones del disco, invocando el nostálgico perreo de los 90 en “el retoce” y enmarcando los desquiciados lamentos de Mediopicky dentro del drum & bass en "dios nos está viendo". La melodía pegadiza insuperable del álbum llega con “Aji titi”, un dembow impresionante acompañado por un divertidísimo video clip en el cual Mediopicky rapea a través de un avatar de pimiento picante; ridículo e impactante, como gran parte de la mejor música que existe. – Richard Villegas

Villano Antillano - La Sustancia X

Villano Antillano explotó en la escena musical internacional en 2022 pero su ascenso meteórico no es accidental – sino más bien profético. En su primer álbum de estudio, “La sustancia X”, la rapera puertorriqueña muestra una impresionante habilidad en su manera de escribir y de cantar, ofreciendo la muy necesitada sofisticación en la industria musical en español, que ha venido faltando, independientemente del género musical. En “Mujer”, en la que colabora su paisana isleña, la cantante iLe, canta “Yo controlo el lápiz y tengo el pincel, yo soy la dueña del amanecer”. Ese mensaje empoderador y de autoafirmación es el principal tipo de energía que transmite en todo el álbum, tanto como una mujer trans que se adueña y disfruta de su sensualidad como una habilidosa artista, ansiosa de mostrar todo lo que tiene para dar. “La villana” está haciendo historia como una mujer trans, orgullosa de sus mensajes que transmiten una actitud positiva ante el sexo en un espacio urbano machista y dominado por hombres. En julio de 2022 se convirtió en la primera artista trans en entrar a los 50 principales de Spotify con “BZRP Session #51 (Mala Mía)” junto con el productor argentino Bizarrap. 

Dada su influencia actual, "La Sustancia X" cuenta, sorprendentemente, con pocas colaboraciones en sus 11 temas (además de iLe, también colabora La Dame Blanche), los cuales fueron producidos por Villana misma junto a Ismael Cancel (iLe, antiguo baterista de Calle 13), Young Martino, Orteez y otros productores locales que están despuntando en la fértil escena underground local puertorriqueña, la que está actualmente engendrando talentos que no son hombres cis, como Young Miko, RaiNao, Ana Macho, y más. Pero Villano Antillano no es de nicho: el álbum contiene reggaetón, trap, dance, electrónica, e incluso rock, en temas cargados de guitarra como "Puesta" y "Mujer". Sus compases poéticos y su humor ingenioso recuerdan a Calle 13 en sus comienzos y tiene ese potencial para trascender a las más altas esferas del pop latino.  Sus referencias y metáforas son amplias e inteligentes: en "Tengo un Novio" le da vuelta a la frase popular y la centra en su propio placer, reimaginándose a sí misma como "Ligia Elena" de Rubén Blades. Este año, Villano Antillano estará actuando en festivales internacionales de renombre como el Lollapalooza en Argentina y Chile, Estereo Picnic en Bogotá y el Primavera Sound en España. Este es simplemente el mundo de Villana y nosotros tenemos la suerte de vivir en él. – Nuria Net

Rosalía - Motomami 

¿Cómo se atreve? ¿Cómo se atreve a hacer un álbum caleidoscópico lleno de referencias frenéticas mundiales que van desde la bachata al dembow y de allí al free jazz? ¿Cómo se atreve a crear estupendos perreos para discoteca y bulerías reflexivas en el mismo LP? ¿Cómo se atreve Rosalía a desorientarnos y dar un giro completo luego del impecable, muy elogiado, cohesivo y vanguardista trabajo de 2018 “El mal querer”? ¿Cómo se atreve a regocijarse en su placer sexual? ¿Cómo se atreve a divertirse y ser divertida? 

Por supuesto que ser “atrevida” no equivale necesariamente a ser excelente, ni debería porque serlo. Pero en “Motomami”, los más arriesgados experimentos artísticos de Rosalía dieron sus frutos, y mucho más que eso. Ha llevado al límite su propia capacidad creativa hasta el punto de redefinir lo que es una estrella femenina del pop contemporáneo. Rosalía es inflexible en su visión, una visión que se deleita con canciones pegadizas y divertidas, como la autorreferencial “Chicken Teriyaki”, con sus ridículos eslóganes y sus movimientos de baile listos para TikTok. Tampoco tiene miedo de manipular su voz cristalina con el AutoTune para después también eliminarlo en la misma canción, “G3 N15”, que es inmensamente dolorosa y perforante y en la que le canta a su sobrino que se encuentra más allá del océano finalizándola con un mensaje de voz de su avia (abuela) en Catalán. Ambas canciones, así de diferentes como son, capturan el zeitgeist pandémico en el que estamos viviendo. Lo mismo pasa en todo el álbum, el cual es un universo en sí mismo y un torbellino de emociones de principio a fin. 

Siempre estudiosa y perfeccionista, Rosalía se rodeó de decenas de colaboradores en el estudio (productores, compositores, ingenieros como Pharrell, Tayhana, Noah Goldstein, Tainy y otros artistas como Tokischa, The Weeknd, James Blake) para ayudarla a ejecutar su visión. Pero, consistentemente, “Motomami” suena como una sola persona: Rosalía, tan incongruente y honesta como es. “Motomami” sigue evolucionando más allá de sus 16 pistas, tanto con material audiovisual diseñado en primer lugar para las redes sociales, como con shows en vivo que rompen la pantalla, y con pistas exitosas tales como la cargada de mambo “Despechá” (y su remix con Cardi B). Rosalía se ha convertido en una pionera que justo cuando crees que la has descifrado, vuelve a mutar. Brindo porque haya más músicos que se atrevan a ser ellos mismos, que se atrevan a transformarse, que se atrevan a contradecirse. Eso es crecimiento y es, con certeza, libertad. – Nuria Net– 


 


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